Gracias Dios por permitirme VIVIR

domingo, 10 de octubre de 2010

Ciclo de la violencia en la pareja.

Ciclo de la violencia

La violencia al interior de la pareja se mantiene por que existe un proceso muy especial llamado ciclo de la violencia, que involucra a ambos y los hace pensar que todo puede cambiar de la noche a la mañana, aunque esto no tiende a ocurrir así.

Cuando una pareja vive violencia se pude decir que hay períodos de calma en la relación. Estos períodos pueden durar meses o días, pero lentamente comienzan los desacuerdos, las peleas, la tensión entre ambos, en que cualquier cosa es mal interpretada por el otro. Poco a poco las peleas y roces aumentan de volumen hasta que la tensión es tan insoportable que surge el episodio violento y se producen las grandes agresiones.


Después de ésto viene una calma, como después de la tormenta, pero la tensión y el enojo siguen. Y a continuación viene la "Luna de miel" en que el agresor (o los agresores) pide disculpas al agredido y promete realmente de corazón no volver a agredir de ese modo e intentar cambiar. El agredido, que generalmente ama al otro quiere creer en todas las promesas de cambio y así se vuelven a reconciliar pasando por un tiempo de pololeo y regaloneo, muy rico para los dos. En este período se llevan mejor, pero lentamente se tiende a volver a relacionarse como están acostumbrados, y comienzan nuevamente los roces, las peleas y la tensión vuelve a aumentar, para llegar nuevamente a un episodio violento y otra luna de miel, y así nuevamente.

Este ciclo de la violencia es lo que mantiene a ambos integrantes de la pareja en la relación, esperando que los espacios de "luna de miel" lleguen luego. Pero lamentablemente a través del tiempo las reconciliaciones tienden a durar menos tiempo y a desaparecer, cuando la relación violenta lleva muchos años. además con el paso del tiempo los episodios de maltrato y violencia tienden a agravarse y hacerse más fuertes y peligrosos.


Monta el espectáculo. Tiene al actor principal, el decorado y multitud de desencuentros y vejaciones que han colmado tu paciencia. Nunca es directo. Nunca reconoce un error o un daño, porque él nunca se equivoca. Nunca palabras subidas de tono que le descubran, si te enfadas la culpable también eres tú. ¿La excusa? Cualquiera. Provoca que seas tú quien de el paso, una vez más la culpable. Cualquier motivo sirve: hablar claramente (cosa que él siempre evita), robarle protagonismo ante los demás (ante su público) o simplemente ser mejor que él aunque sea sin quererlo.


Que nadie calle tu verdad
que nadie te ahogue el corazon
que nadie te haga mas llorar
hundiendote en silencio
que nadie te obligue a morir
cortando tu alas al volar
que vuelvan tus ganas de vivir....



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Karin Margarita

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