Gracias Dios por permitirme VIVIR

jueves, 13 de enero de 2011

MENTIRA U OMISIÓN

Me he dado cuenta que mentira y omisión son casi lo mismo: la omisión es una mentira camuflajeada. No decir es igual a mentir dado que en el otro creamos o hecemos creer falsas historias, falsas expectativas o ilusiones de cosas que no existen.

Hace unos días escribí una diminuta disertación sobre LA MENTIRA en mi facebook. Ya saben, esa invención, deformación u ocultación de la información. Normalmente se manipula la información para extraer un beneficio, o para soslayar los costes de un curso de acción en el que si se descubre lo que queremos mantener oculto saldríamos malparados. Mucha gente se excusa ante sí misma e incluso ante los demás cuando justifica el empleo de una mentira arguyendo algo muy gracioso pero argumentativa mente muy endeble: «no mentí, simplemente no dije nada».

No revelar deliberadamente información protagonista es mentir. La mentira no es sólo producir ficciones que alteran la realidad, también lo es silenciar datos a fin de controlar la conducta de terceros. Las mentiras por omisión gozan de la misma jerarquía que las mentiras formuladas.

Mentimos cuando al no ofrecer la información exacta obligamos a una persona a tomar decisiones que de lo contrario no tomaría. Eso es manipular, influir alterar la voluntad de alguien para que actúe de un modo distinto al que actuaría con toda la información en su poder. Existe mucha literatura que reivindica la ambigüedad y la condición vaporosa de la mentira, pero todos sabemos muy bien cuándo mentimos. Del mismo modo que todos sabemos muy bien cuando nos han mentido.

La mentira (y la omisión) en la relación de pareja siempre es molesta, dolorosa, desilusionante y destructiva, ni siquiera son permisibles esas mentirillas blancas: “hay muchos tipos de mentiras, pero, si son dirigidas a una persona amada, todas son malas.”
KMSCM



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Karin Margarita

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